El presidente Javier Milei seguirá adelante con su sueño de “destruir al Estado desde adentro” y, en ese plan determinó el cierre de cincuenta de oficinas de atención al público de ANSES en todo el país.

Entre las dependencias que planea liquidar figuran las de numerosos pueblos del interior, que se quedaron sin la única ventanilla de atención al público a menos de 50 kilómetros lo que obligará a los beneficiarios, muchos de ellos ancianos, embarazadas o personas con discapacidad, a recorrer, al menos, más de 100 kilómetros, al menos, para hacer un trámite con los gastos que eso conlleva.

Sobre este escenario circuló un listado elaborado a pedido de Mariano de los Heros, titular de la ANSES, para clausurar 49 oficinas.

La provincia de Buenos Aires y el noroeste argentino resultan las regiones mas afectadas, aunque también incluye dependencias de La Patagonia, el Litoral y zona centro del País.

En el conurbano sur plantean eliminar Ezpeleta en Quilmes, Fiorito en Lomas de Zamora, y Spegazzini en Esteban Echeverría.

La planta de empleados de ANSES tiene 13 mil plazas. Según los gremios, la consecuencia del cierre de oficinas implica un recorte superior al 15% del plantel.

“Constituye otro paso en la profundización del vaciamiento de la ANSES, con el objetivo de destinar la caja previsional a la que aportan los trabajadores todos los meses para pagar una deuda ilegítima y fraudulenta y subsidios a los empresarios. Esto va de la mano del empobrecimiento sistemático de los jubilados a costa de la pulverización de sus haberes, ya que con los despidos en masa se disminuye notoriamente la cantidad de aportantes, agravando la ecuación entre trabajadores activos y pasivos” indicaron fuentes de ATE.