El Programa Médico Obligatorio (PMO), creado en los ´90 como un listado de prestaciones médicas básicas que debían garantizar las obras sociales, y con el tiempo fue tomado como referencia por el sector de las prepagas, transcurridos más de 20 años quedó desactualizado y bajo cuestionamiento.
Las áreas, procedimientos y servicios médicos que debe abarcar son: Atención Primaria de Salud, Plan Materno Infantil, Odontología, Salud mental, Tratamiento del cáncer, Tratamiento de enfermedades, Especialidades médicas, Descuento en medicamentos.
Pero como los avances tecnológicos, epidemiológicos y químicos de la medicina cambiaron muchos de los tratamientos incluidos en esta cobertura universal (por ende también los costos), las controversias entre las empresas, los afiliados y los prestadores del servicio de salud dispararon conflictos judiciales y administrativos.
De modo que se convirtió en una referencia obsoleta tanto en medicina general como en especialidades críticas como oftalmología, cardiología o salud mental.
En consecuencia, el PMO —que debería garantizar un mínimo universal y actualizado de prestaciones esenciales para toda la población— en la práctica dejó de ser obligatorio y homogéneo para todos los subsistemas.
De este modo, no se aplica al sector público, que ofrece según disponibilidad y presupuesto, y, tampoco,
es exigible con igual fuerza en todas las obras sociales (especialmente las provinciales y pequeñas).